

4. Interpretación histórica
La ciudad romana de Lacca no contaba con ningún testimonio epigráfico, a pesar de los intentos por relacionarla con los tituli picti en los que aparece la inscripción LAC que, tras la publicación de un reciente estudio, se ha demostrado que un rótulo de colonia ha resuelto la cuestión de la forma más inesperada, siendo leídos como LAC(erti) CA(tili) VE(teres), es decir, lacerti (jureles) catili o catuli (pequeños) veteres (envejecidos)[23]. En este sentido, el único testimonio que existe es literario, pues aparece de la mano del poeta al-Ḥimyarī, en su obra geográfica Rawḍ al-Mi’tār, al mencionar la existencia de una ciudad en la cora de Šiḏūna, llamada Lakka, construida por el césar Uktabyān, y cuyos restos aún subsistían, con una de las mejores fuentes termales de Al-Ándalus. Junto al río de las ruinas de Lakka, se enfrentaron las tropas visigodas de Rodrigo y las musulmanas de Tāriq b. Ziyād[24], dando nombre a la célebre Batalla del Wādī Lakka (Guadalete). Según Ibn Sa’īd, el Wādī Lakka era un hermoso río que, a su paso por Šarīs (Jerez), se hallaba lleno de huertas y paisajes deliciosos, y venía a ser un compendio del río de Isbiliya (Sevilla)[25]. En las obras de Yāqūt[26] o al-Ḥimyarī[27], se menciona el emplazamiento de Qalsāna (Casinas) en la confluencia de los ríos Lakka y Bīta/Būta, identificados con el Guadalete y su afluente, conocido por los nombres de Guadalcacín y Majaceite, que vierten sus aguas en la Junta de los Ríos[28].
La ubicación de Lacca aún es discutida, pues Leopoldo Torres Balbás la identificó con el castillo y los baños de Gigonza[29], aunque, años más tarde, el profesor Genaro Chic García, siguiendo la teoría de Claudio Sánchez Albornoz, la situó en la Junta de los Ríos[30]. Lo cierto es que, la confluencia de los ríos siempre ha tenido una importancia estratégica para la implantación de Roma, puesto que desempeña un papel crucial de nudo de comunicación, tanto terrestre como fluvial, cuyo control permite el transporte de mercancías como puerto fluvial, así como el dominio de las terrazas fluviales y la explotación agrícola de las fértiles llanuras que le rodean. Por el contrario, la situación aislada y marginal de Lascuta, como oppidum o plaza fuerte, situada en el interior de los escarpes naturales de los montes alcalaínos, se nos presenta como una entidad menor a la nueva civitas de Lacca, que se funda como una cabeza administrativa en la llanura aluvial que constituía la piedra angular de lo fiscal, judicial, religioso, político y económico, a través de un proceso sinecista (conocido con el término contributio), que viene a dar sentido al trasvase de la población de Lascuta al llano con la pacificación[31].
El cognomen Mopsi podría ser el caso genitivo de Mopsus, en relación al adivino Mopso, por lo que Lacca, si deriva de la raíz indoeuropea *lak-: gr. λάκκος ‘cisterna’, lat. Lacus ‘agua remansada, estanque, lago, mar’[32], presente en topónimos como Laccuris, Lacipo, Lacilbula o Lacimurga, Lacca Mopsi significaría ‘estanque de Mopso’, al igual que Hestia Mopsi ‘hogar de Mopso’. Esta etimología manifiesta la estrecha relación de esta nueva fundación romana con los manantiales de aguas sulfurosas que afloran en su entorno, así como la importancia de los mitos heroicos griegos en la creación de la identidad cultural de las ciudades asentadas en las riberas de este río que, en su desembocadura, contaba con un oráculo y puerto del héroe Menesteo[33]. El argonauta Mopso era descrito con un morrión ceñido de ínfulas y el laurel del Peneo en lo alto de la cimera[34], un retrato bélico relacionado con la necesidad de abastecer de moneda a las tropas romanas acantonadas en el valle del río Guadalete por estas ciudades estipendiarias. Los diseños del jabalí y la serpiente representan a los seres antagonistas de este héroe mítico; uno relacionado con la cacería del jabalí de Calidón en la cual participó y otro con la serpiente que le dio muerte en el desierto de Libia[35], una dialéctica entre romanos e indígenas en la apropiación ideológica de un territorio, por lo que, conllevará la concesión de privilegios y la eliminación de cargas tributarias.


NOTAS
(*1) Esta lectura, que puede ser controvertida por el mal estado de la mayoría de ejemplares, ha sido confirmada por la catedrática emérita en numismática de la Universidad de Sevilla, Francisca Chaves Tristán. La experta numismática afirma: "la primera letra es una L incompleta debido a una imprecisión, típica de este periodo, la A no tiene más vueltas de hojas y, finalmente, sí veo dos C retrógradas, que se confundieron con el punteado que rodea toda la moneda. En definitiva, tu lectura sí es la correcta y tienen que admitirla".
Para mejor lectura de esta leyenda, se ha tenido acceso a imágenes en color del ejemplar ubicado en el Museo Nacional de Copenhague, remitidas por la administración del propio museo.
[1] Plinio, Historia Natural, III, 15.
[2] CIL II 5041.
[3] Delgado y Hernández, A. (1871): Nuevo método de clasificación de las Medallas autónomas de España, tomo II, Imprenta de D. Antonio Izquierdo y García, Sevilla.
[4] No ha sido posible fijar exactamente el lugar del hallazgo arqueológico, ni las circunstancias del mismo, ya que el bronce fue comprado por el ingeniero polaco Lazeski, quien lo llevó a París con informes equivocados, véase Rodríguez de Berlanga y Rosado, M. (1881): Los bronces de Lascuta, Bonanza y Aljustrel, Imprenta que fue de Don José Martínez de Aguilar, hoy de Don Ambrosio Rubio, Málaga.
[5] Gutiérrez López, J. M.ª y Martínez Enamorado, V. eds. (2015): A los pies de Matrera (Villamartín, Cádiz). Un estudio arqueológico al oriente de Siduna, Villamartín (Cádiz).
[6] Montañés Caballero, S. (2006): “Actuación arqueológica de urgencia. Calle San Juan de Ribera y Alonso el Sabio. Alcalá de los Gazules”, Anuario Arqueológico de Andalucía, p. 504.
[7] Ruiz López, I. D. (2010): La circulación monetaria en el sur peninsular durante el período romano-republicano, Universidad de Granada, Granada, p. 316.
[8] Pérez Rodríguez, M. (2025): “¿Dónde se ubica Lascut?”, Entre Abulagas y Caillos, Alcalá de los Gazules; Muñoz A. y Parodi, L. (1980): “Los depósitos romanos de agua de Alcalá de los Gazules”, Boletín del Museo de Cádiz, 11, pp. 40-45.
[9] Mancheño y Olivares, M. (1901): Antigüedades del Partido Judicial de Arcos de la Frontera y pueblos que existieron en él, El Arcobricense, Arcos de la Frontera.
[10] Mateos Gago, F. (1871): “Lascut”, en Delgado y Hernández, A.: Nuevo método de clasificación de las Medallas autónomas de España, Imprenta de D. Antonio Izquierdo y García, Sevilla, p. 163.
[11] En la conferencia sobre “Asta en las fuentes árabes” celebrada en la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras de Jerez de la Frontera el 2 de marzo de 2021, con la que se cerraba el ciclo ‘Jerez Siempre’, el arabista jerezano, Miguel Ángel Borrego Soto, que asimismo fue presentado por el arqueólogo y presidente del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, Francisco Barrionuevo Contreras, afirmaba que la turris lascutana no estaba en Alcalá de los Gazules, sino en un entorno mucho más cercano a la propia ciudad romana de Hasta Regia, situada en Mesas de Asta, dentro de su amplio alfoz.
[12] Esta singular Ↄ aparece en una de las monedas latinas con leyenda retrógrada de Carissa Aurelia.
[13] Beltrán Villagrasa, P. (1974): La cronología del poblado ibérico del Cabezo de Alcalá (Azaila), según las monedas allí aparecidas. En Beltrán Villagrasa, P.: Obra completa I. Antigüedad, Universidad de Zaragoza, Zaragoza, p. 171; Hernández Guerra, L. (2006): v. Calagurris, en Roldán Hervás, J. M. (ed.): Diccionario Akal de la antigüedad hispana, Akal, Madrid, p. 184.
[14] Amela Valverde, L. (2012): “Las dos primeras emisiones latinas de la ciudad de Calagvrris”, Kalakorikos 17, pp. 127-146.
[15] Plinio, Historia Natural, III, 24.
[16] Amela Valverde, L. (2014): “La emisión de Bilbilis Italica”, Acta Numismática, 44, Barcelona, p. 47.
[17] Collantes Pérez-Ardá, E. (1997): Historia de las cecas de Hispania antigua, Madrid, p. 91.
[18] Beltrán Lloris, F. (2000): “El tiempo de Augusto”, en Roma en la Cuenca Media del Ebro. La Romanización en Aragón, Zaragoza, p. 81.
[19] Solana Saínz, J. M. (1989): “Colonización y Municipalización bajo César y Augusto: Hispania Citerior”, en Aspectos de la colonización y municipalización de Hispania, Mérida, p. 91.
[20] Amela Valverde, L. (2007): “La primera emisión latina de Turiaso”, TVRIASO XXI, p. 100; Villaronga i Garriga, L. (1987): Numismática antigua de Hispania. Iniciación a su estudio, Barcelona, Cymys, p. 244.; García-Bellido, M.ª P. y Cruces Blázquez, C. (2002): Diccionario de cecas y pueblos hispánicos, con una introducción a la numismática antigua de la Península Ibérica, vol. I, Introducción, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, p. 69.
[21] Correa Rodríguez, J. A. (2026): Toponimia Antigua de Andalucía, Universidad de Sevilla, Sevilla, p. 293.
[22] Sáez Bolaño, J. A. y Blanco Villero, J. M. (1996): Las monedas de la Bética romana, vol. I, Conventus Gaditanus, San Fernando, p. 320.
[23] Djaoui, D. (2016): The myth of ‘Laccatum’: a study starting from a new titulus on a Lusitanian Dressel 14. In I. V. Pinto, R. R. de Almeida and A. Martin (eds), Lusitanian Amphorae: Production and Distribution. Roman and Late Antique Mediterranean Pottery 10, Archaeopress, Oxford, pp. 117-127.
[24] Al-Ḥimyarī, Rawḍ, p. 511.
[25] Ibn Sa’īd, Mugrib, I, pp. 224-225.
[26] Yāqūt, Mu’ŷam, IV, p. 389.
[27] Al-Ḥimyarī, Rawḍ, p. 466.
[28] Borrego Soto, M. A. (2024): ““Y habiendo llegado al río que se llama ‘Vedelac’…” Lakka y Wādī Lakka: nueva hipótesis de ubicación”, Revista de Historia de Jerez, 27, p. 18. E
[29] Torres Balbás, L. (1957): Ciudades yermas hispanomusulmanas, Imprenta y Editorial Maestre, Madrid.
[30] Chic García, G. (1979-80): “Lacca”, Habis, 10-11: pp. 255-76.
[31] La nueva propuesta del arabista jerezano, Miguel Ángel Borrego Soto, de ubicar la ciudad romana de Lacca en la Sierra de Gibalbín, sin desmerecer su trabajo de recopilación de datos, creemos que no se puede sostener por tres razones: la primera, el hecho de que Lascuta sea un oppidum o una plaza fuerte en altura, implica que Lacca estuviera situada en el llano, no en la cima de un monte; la segunda, la existencia de una análoga relación tipológica del retrato galeado entre Lascuta-Lacca y Sisipo-Detaumo, reduce su ubicación a la llanura aluvial del río Guadalete; la tercera, y última, la abundancia de los hallazgos monetarios entre Jerez de la Frontera y Arcos de la Frontera, según la tradición histórica, viene a corroborar la opinión, más que consabida, de ubicar la ciudad romana de Lacca en la Junta de los Ríos.
[32] Villar, F. (2000): Indoeuropeos y no indoeuropeos en la Hispania prerromana, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca: p. 314.
[33] Estrabón, Geografía, III, 1, 9; Ptolomeo, Geografía, II, 4, 5.
[34] Valerio Flaco, Argonáuticas, I, 383-386.
[35] Grimal, P. (1989): Diccionario de Mitología Griega y Romana, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona, pp. 365-66.