martes, 6 de febrero de 2018

El Uso del Agua en la Historia de Alcalá


     Uno de los factores importantes, incluso imprescindible, para que se pueda crear un núcleo de población estable y que subsista es la existencia de agua. Por ello, todas las civilizaciones se asentaban donde podían disponer de ella. A veces creando grandes obras de ingeniería para transportarla, como el acueducto de Gades que abastecía de agua a esta ciudad transportando el agua desde los manantiales del Tempul, o el acueducto de Algeciras que les abastecía de agua desde la aldea de El Cobre. En otras ocasiones no era necesario el transporte de agua, sino que se asentaban donde podían disponer de ella directamente, como es el caso de Alcalá.

Resto Acueducto Romano del Tempul
Acueducto de Algeciras



     Nuestro término es rico en agua, no tenemos más que mirar a nuestro alrededor y observar la cantidad de fuentes, manantiales y aljibes naturales de que disponemos. Nuestros ancestros no vacilaban a la hora de buscar topónimos. Así tenemos la Sierra de la Aljibe, calle Los Pozos, Pozos Arriba, En medio y Abajo, Correderas de la Salud, etc. Tanto el cerro de La Coracha, donde se sitúa nuestro pueblo, como los montes colindantes son ricos en agua, pudiendo encontrar abastecimiento casi todo el año. Hay grandes emanaciones de agua constante en el cerro de los Regajales, en el monte Larios, en los Carrascales, Mogea Escobar, Las Correderas, La Brama, o la Mesa del Esparragal, donde podemos encontrar una fuente con pilas romanas, tal y como la describió Marcos Ramos Romero, y así os podría nombrar infinidad de manantiales, unos más constantes que otros.

Fuente Mesa del Esparragal
Pila Romana


     Pues bien, nuestros antepasados hacían acopio de esta agua y nos han dejado numerosos vestigios de ello en nuestro término. Algunos son bien conocidos, otros no tanto.

     Comenzaremos nuestra exposición con lo más obvio, nuestra fuente romana por excelencia: la Fuente de la Salada. Las fuentes naturales aquae saliens o profluens- solían ser uno de los recursos de donde brotaba agua de forma constante. Para su mejor uso, se solían realizar canalizaciones, así como la construcción de estanques que permitieran almacenar el agua. Estos lugares recibieron el nombre de ninfeos, pues se consideraban que en ellos habitaban las Ninfas –y en ocasiones también las Musas, Narciso y otras divinidades relacionadas con el agua-, teniendo una función ritual al mismo tiempo. En todo caso, era algo usual en todo el mundo antiguo. En este contexto se construyó nuestra Fuente de la Salada. Esta majestuosa construcción acuífera fue datada por el Sr. Ramón Corzo Sánchez, antiguo Director del Museo de Cádiz, entre los siglos I a.C y II de nuestra era, si bien en otras fuentes se la data del siglo II a.C., como en los archivos de la Diputación de Cádiz, que la describen como sigue. La estructura consta de dos depósitos romanos que son al mismo tiempo depósitos, arcos de triunfo y basamento de un templo dedicado a la divinidad del manantial, ya desaparecido. Junto a estos depósitos se encuentra una escalera que daría acceso a la parte superior, donde se encontraba una fuente (nimphaeum) dedicada a alguna ninfa protectora del lugar, hoy desaparecida. En la actualidad, se conservan visibles los depósitos romanos de la fuente, donde llega el agua desde La Coracha durante todo el año, por conducto subterráneo, así como unas estructuras de la época medieval y moderna,  entre ellas un horno de cerámica. El tipo de construcción denota un alto nivel de civilización y tecnología, empleándose personal cualificado para el acabado de la obra. Es un lugar que no valoramos por lo cotidiano que nos resulta, pero es digno de admirar.

Depósitos Romanos
Fuente de la Salada
Fuente de la Salada

   
  Otras fuentes en nuestra localidad, que son bien conocidas, son las denominadas como Pozo de "Alto", Pozo de "Enmedio" y Pozo de "Abajo". Se trata de unas fuentes de origen árabe, símbolo de la arquitectura popular alcalaína. Se trata de 3 fuentes de agua en las afueras de la localidad de las que se surtía la población hasta la llegada del agua corriente de los Regajales en 1877. El pozo de "Abajo" es el más antiguo de ellos. Éste es de origen árabe. En algunas actas de los años de la década de 1540 ya se menciona el camino de los pozos y la existencia de un “pozo morisco”. El pozo "Alto" fue construido en 1778 y el de "Enmedio" en 1842. Todos ellos ha sufrido diversas remodelaciones, de hecho, el pozo “Alto” está siendo reformando en la fecha en que os escribo esta entrada.

Pozo Alto
Pozo Enmedio
Pozo Abajo
Antiguos depósitos en Los Regajales
      
      Aparte de Los Regajales, hubo otro manantial que surtió de agua a nuestra localidad. Se trata del manantial que se encuentra a pie del cerro Redondo, cerca de Las Correderas. Ese manantial cuenta con un gran caseta en cuyo interior hay una serie de bañeras que recogen el agua que mana de la pared. El agua era canalizada hacia Alcalá de tal forma que por su propio peso llegaba hasta la calle Nuestra Señora de los Santos. Cuando el manantial dejó de usarse para abastecer al pueblo, salió a subasta y pasó a manos privadas, concretamente al propietario de las Casas Huertos del Frio, hasta que con el cambio de legislación las aguas pasaron a ser de la administración quien hace concesiones de uso.

Bañeras

Bañera

Arcos de emanación
Arco de emanación

Bañeras

Caseta








   
 En el núcleo urbano de nuestra localidad, entre las calles San Juan de Ribera y Alonso el Sabio se sitúa el castellum aquae de la antigua ciudad romana. Este yacimiento está compuesto por cuatro depósitos, tres de ellos muy similares y un cuarto diferente en aspecto y medida. La función de este último, tipo bagnarola, era la de realizar una primera decantación del agua proveniente del manantial. Una vez que el agua era decantada, rebosaba hasta otro depósito a través de un sistema de canalización. Desde los tres depósitos se abastecería respectivamente a las fuentes públicas, edificios públicos y a particulares que contratasen el servicio.

Depósito
Depósito a bagnarola



Depósito a bagnarola
Depósitos 1, 2 y 3
  Un gran asentamiento se encontraba en Las Correderas, lugar con abundante roca calcárea y privilegiado en cuanto a manantiales se refiere. De hecho, hoy día es una de nuestras fuentes de abastecimiento de agua para el consumo humano. Es un paraje al que se le adjudicó la denominación de Las Correderas de la Salud, debido a que se pensaba que el agua era beneficiosa. El destacamento del General Riego fue puesto en cuarentena en el monte de Las Correderas porque padecían una grave enfermedad. Al parecer, el destacamento sanó y es por ello que se le adjudicó el sobrenombre de "La Salud".  La abundancia de agua era bien conocida por los pobladores de antaño en la zona que nos ocupa, y con la finalidad de aprovechar con eficiencia un bien tan valioso como es el agua, construyeron imponentes estructuras para almacenar el agua de los diversos manantiales habidos en tan bello paraje. A veces, construían estanques junto a las fuentes que se podían convertir en auténticos embalses que almacenaban el agua de forma masiva, en especial cuando la fuente solo suministraba de forma estacional. El ejemplo más paradigmático de estos estanques es un aljibe monumental y precioso. Su datación es incierta, si bien, su antigüedad es manifiesta. Hay quien piensa que su origen es árabe, otros la califican como romana. Sea como fuere, la alberca es antiquísima. Se encontraba semienterrada y tal es su antigüedad que en uno de sus extremos se había formado una gran roca por la solidificación de la cal del agua que ha seguido entrando en ella a partir del manantial. La construcción en sí es sencilla pero espléndida. La alberca es de forma cuadrada, construida en piedra con anchos muros sobre los cuales se puede pasear con suma facilidad. Consta de una escalera frontal realizada con bloques de piedra creando un acceso a la parte superior de los muros con una elegancia inusitada. El agua accede a ella proveniente de un manantial a través de un canal de cerámica. El desagüe, también cerámico, se sitúa en la parte frontal de la alberca discurriendo bajo las escaleras y asomando al exterior por la parte inferior de las mismas. La canalización distribuye el agua a una hermosa huerta. El fondo de la alberca lo constituye una solería de piedra cuadrada (aprox. 30x30 cm.) meticulosamente unida pieza a pieza para evitar la filtración del agua. Dispone de escalones de acceso al interior de la bañera de la alberca consistentes en piedras empotradas y sobresalientes de la pared. Como colofón, el estanque está rodeado por un cañaveral que aviva la belleza del “monumento”.

Alberca
Escalera de acceso
Suelo de la Alberca
Desagüe cerámico
     Sin abandonar la zona de Las Correderas, en una villa romana destruida se puede vislumbrar semienterrada lo que parece ser una alberca o cisterna que ha sido seccionada de forma transversal debido a una excavación, aunque podría tratarse de una pileta de almacenaje u opus signinum.

Posible alberca o baño


     No es esta la única alberca de estas características en nuestro término. En una villa situada junto a la calzada que discurre dirección a Ubrique podemos encontrar otra alberca, de datación incierta pero antigüedad relativa. En este caso no se trata de una alberca tan elegante, pero ha mantenido su funcionamiento hasta tiempos recientes. Su recinto de almacenaje es más pequeño y sus muros más estrechos, pero su mayor atractivo es que toma el agua de unos depósitos de piedra junto a la villa romana desde los que sale una canalización realizada también en piedra que transporta el agua hasta zonas alejadas y que, de no ser por su sustitución por tuberías de polietileno debido a las filtraciones que sufría tan antigua canalización, seguiría en funcionamiento. Alrededor de la alberca podemos encontrar un bonito camino empedrado con grandes losas que facilitan el acceso al embalse. Actualmente no está en funcionamiento. Quisiera añadir que el uso del agua en esta villa no acaba aquí. En el otro extremo de la misma podemos encontrar una arqueta-depósito fabricado en piedra de origen romano según me refieren, sin poder constatarlo. La arqueta en sí es pequeña, de unos dos metros cuadrados, con profundidad desconocida. Está construida en piedra con una losa a modo de tapa. Un detalle llamativo, es que esa arqueta almacena el agua de un manantial, pero el manantial se encuentra en el cauce de un arroyo. O sea, durante el invierno, cuando el arroyo está corriendo se encuentra bajo el agua, sin embargo, cuando el arroyo está seco, el manantial emana y almacena agua.

Alberca
Camino empedrado
Suelo empedrado
Arqueta de piedra semienterrada por la riada





     Otro tipo de construcción para el almacenamiento de agua es el aljibe. Su etimología es de origen árabe (fosa), sin embargo era una forma de acopio de agua bastante conocida por el pueblo romano. En nuestro término contamos con varios ejemplos de estos aljibes romanos. Así, el que a mi parecer es más bonito se encuentra cerca de la cañada Marchantiega en una finca privada. Su estado de conservación es muy bueno. Puedes pasear junto al aljibe y ni siquiera verlo. Se sitúa sobre un cerro con una pequeña abertura semienterrada debido al transcurso del tiempo, pero por la que aún se puede acceder al interior. Una vez que te asomas a la misma te percatas de que bajo tus pies había toda una sala de almacenaje de agua. La construcción es totalmente a base de bloques de piedra con un acabado con alto nivel de perfección. La construcción es fuerte, de ahí que haya soportado el paso del tiempo y el peso que sostiene. En periodo estival se suele secar, pero sigue almacenando agua en las estaciones húmedas.

Entrada a aljibe
Interior del Aljibe

     Contamos con un ejemplo más de aljibe romano el cual podíamos encontrarlo también cerca de la misma cañada antes mencionada, por su paso cercano a la vecina población de Benalup, en la zona de Piedra Hincada, en los alrededores de Isla Verde. El aljibe pertenecía a lo que probablemente era una mansio romana (lugar donde pasar la noche durante un viaje) que se situaba junto a la calzada que nos unía con Baelo Claudia. En este caso, el aljibe está totalmente destruido y desaparecido conservándose solo el brocal de entrada.


Brocal de aljibe
Brocal de aljibe

    Existe otro tipo de aljibe entre nuestros yacimientos. En un oppidum turdetano podemos encontrar dos preciosos aljibes excavados en la piedra. El asentamiento se construyó sobre un accidente rocoso de gran majestuosidad. En el punto más alto del conjunto rocoso se hayan excavados los dos aljibes, ambos de forma rectangular. El más grande mide 2,60 m de ancho por 1,80 m de largo y con una profundidad de tres metros, sus paredes son cónicas. El segundo aljibe mide 3 metros de ancho por 1,70 m de largo. Está parcialmente lleno de tierra y piedras. Ambos están equipados con sendos trazados de huecos para poder acceder a ellos. Solo contemplando la obra te puedes hacer una ligera idea del esfuerzo empleado para tan ambiciosa empresa.

Aljibe 1
Aljibe 2

     
En una villa romana situada al oeste de nuestro término podemos encontrar lo que parece ser un aljibe un tanto peculiar o, por lo que yo me decantaría, un balneum. Parece ser como una especie de terma, que en las antiguas villas romanas se denominaban Balmes o balneum y si eran públicos thermae o therma. En este caso se trata de un recinto con una bañera cuadrada de unos metros por cada lado y unas escaleras de acceso al mismo. La profundidad es indeterminada ya que se encuentra parcialmente enterrado. Los baños, tanto públicos como privados, han estado presentes en muchas de las civilizaciones a lo largo de la historia. Son numerosas las prácticas, religiosas y sociales, que desde la antigüedad se han venido teniendo como acto principal el baño, asociado este a la limpieza, tanto del cuerpo como del alma o espíritu, a la purificación. En la civilización romana la institución de los baños, las termas, era fundamental en los servicios que los ciudadanos debían tener. Fueron lugares ideales para la conversación relajada, el recreo y la relación social, con todo lo que ello significaba. Se cuidaba el ambiente con una delicada decoración en donde no se escatimaban medios, llenando las estancias de maravillosos frescos, mosaicos y estatuas.
Posible Balneum o Pileta

 
   Otro sistema de recogida de agua de origen romano es el que recogía el agua de la lluvia. Parece más lógico recoger el agua de lagos o ríos, pero los romanos no la tenían en buena consideración, y así nos lo narra Frontino en su obra "De Aquis Urbis Romae". Antes de que se realizaran grandes obras de infraestructura hídrica, uno de los procedimientos para el aprovisionamiento del agua fue la creación de depósitos, en donde se guardaba el agua procedente de la lluvia –la cual se consideraba que poseía propiedades mucho más salubres-. Así, hacia el siglo VI a.C., las casas romanas estaban dotadas de cisternas que recogían el agua del tejado. Hacia el siglo III a.C., para mejorar la recogida de esta agua, se comenzaron a construir en el atriumde los domus, una abertura cuadrangular en el tejado, llamada compluvium, por donde caía el agua procedente de los distintos. El agua, de esta manera, caía al interior de este patio, siendo recogida en un estanque, normalmente realizado en piedra o mármol, llamado impluvium. En este lugar, el agua reposaba para que las impurezas arrastradas a lo largo del tejado se depositaran en el fondo. Posteriormente, por un orificio en una posición más alta que el fondo, el agua caía a una cisterna subterránea bajo el atrium. Allí, era almacenada para su posterior uso. Pues bien, en una villa romana al sureste de nuestra localidad podemos encontrar los vestigios de lo que presumiblemente fue un ejemplo de este sistema. Aún se puede observar la tapa de piedra con el orificio soldado en plomo para que el agua accediera a la cisterna subterránea.
Entrada a cisterna
Entrada a cisterna
     Una forma de obtener agua bastante recurrente a lo largo de la historia ha sido la creación de pozos. Los podemos encontrar por todos lados, algunos más añejos que otros, algunos aún funcionales, otros no. Uno de los más antiguos que he podido observar se encuentra cerca del río Rocinejo. Su antigüedad es tal que está totalmente cubierto de tierra, y tiene un árbol en superficie, por lo que es reconocible gracias al brocal. Está construido con piedras y su forma no se circular, sino ovalado. Cuenta con los restos de lo que parece ser un pilar adosado. Su datación es incierta debido a la falta de estudio del enclave y a que los restos cerámicos de la zona son muy pequeños.

Brocal
Brocal

     Posiblemente, uno de las formas de acopiar agua más sencillos y usados a lo largo de la historia hasta nuestros tiempos ha sido la pila. Así el típico recipiente rectangular, cuadrado, circular o incluso en formas no tan convencionales ha sido una constante en todos los pueblos. Su construcción es relativamente fácil y es de gran utilidad, de ahí que haya tenido usos domésticos, religiosos, ganaderos, etc. En nuestra localidad han aparecido diversas pilas de este tipo datadas en épocas diversas. Un ejemplo muy curioso es la pila tallada directamente en la piedra de Peña Batida.

Pila Peña Batida
Pila con Epigrafía

    El agua también se ha usado como tratamiento medicinal, y su mayor exponente en este sentido ha sido la creación de balnearios, teniendo su momento álgido en el siglo XIX. Por todos son conocidos los Baños de Gigonza, pero no fueron los únicos balnearios con aguas sulfurosas de la zona. En Paterna de Ribera se dió en abundancia la creación de balnearios. Un ejemplo de ello es Fuente Santa. Esa fuente fue usada desde la prehistoria, habiendo signos de su uso desde el Neolítico. También hay restos de una villa romana en los alrededores. En la zona aún se pueden observar antiguas albercas y canalizaciones de agua que irían a lo que sería la antigua villa y/o al posterior balneario. Actualmente, el balneario se encuentra totalmente derruido. Pero la moda decimonónica de los balnearios nos llegó a lugares más cercanos, y así, en el Prado, en la actual nave de Colón disponíamos del Balneario “La Hedionda”, el cual estuvo funcionando hasta hace relativamente poco tiempo, de tal manera que en la primera mitad del siglo pasado seguía prestando servicios. Exclusivamente sobre este balneario escribiré una entrada en los próximos días, puesto que dispongo de documentación valiosa al respecto.

Baños de Gigonza
Fuente Las Presillas



Como curiosidad también en las zonas limítrofes del norte de nuestra localidad, unos metros dentro del término de Jerez de la Frontera podemos encontrar la Cueva de las Palomas, la cual nos es bien conocida. Esta caverna fue refugio del hombre prehistórico, y contiene en su interior unos pozos de épocas posteriores, claro está. Es llamativo que se cree un pozo en el interior de una cueva, pero hay que tener en cuenta que dicha cueva, a pesar de ser de enormes dimensiones, está bajo el nivel del suelo. Además su superficie inferior no es pedregosa, sino de tierra y por sus paredes descienden grandes cantidades de agua por las filtraciones, de tal manera que en las épocas húmedas la cueva se convierte en un estanque. Así, una manera de aprovechar esta agua sería la construcción de pozos en la parte central y más profunda de la cueva.

Cueva de las Palomas
Pozo 1

Pozo 2
Restos cerámicos

BIBLIOGRAFIA:

-Frontino, Sexto Julio: "De Aquis Urbis Romae". Eucharius Silber. 1483-90-

-Historico Digital: "Aqua: el Abastecimiento de Agua en las Ciudades  Romanas" [ver aquí]

-Toscano Gracia, E.: "Alcalá de los Gazules en la Antigüedad", Apuntes Históricos y de nuestro Patrimonio, Alcalá de los Gazules 2017. 

-Spahni Jean-Christian, Hours M.: "Sépultures Anthropoïdes et Haut Lieux de la Province de Cadix (Spagne)". Bulletin de la Societé Préhistorique de France, 1961.

-Montañez Caballero, M. y Montañez Caballero, S.: "Actuación Arqueológica de Urgencia c/ San Juan Ribera y Alfonso el Sabio", Anuario Arqueológico de Andalucía. [ver aquí]

-www.alcaladelosgazules.es/turismo/patrimonio/Los-Pozos

-Martos, S. y Martínez, A.: "Manantiales y Fuentes de Andalucía". Sevilla. IGME

-http://www.dipucadiz.es

-Ramos Romero, Marcos: "Historia de los Pueblos de la Provincia de Cádiz. Alcalá de los Gazules". Diputación de Cádiz. 1983

El Tercer Puente del río Barbate

           Alcalá de los Gazules es un municipio rodeado de numerosos ríos y arroyos, por lo que desde tiempos inmemoriales ha sido necesari...