Uno de los factores importantes, incluso imprescindible, para que se pueda crear un núcleo de población estable y que subsista es la existencia de agua. Por ello, todas las civilizaciones se asentaban donde
podían disponer de ella. A veces creando grandes obras de ingeniería para
transportarla, como el acueducto de Gades que abastecía de agua a esta ciudad
transportando el agua desde los manantiales del Tempul, o el acueducto de
Algeciras que les abastecía de agua desde la aldea de El Cobre. En otras
ocasiones no era necesario el transporte de agua, sino que se asentaban donde
podían disponer de ella directamente, como es el caso de Alcalá.
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Resto Acueducto Romano del Tempul |
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Acueducto de Algeciras |
Nuestro término es rico en agua, no tenemos más que mirar a
nuestro alrededor y observar la cantidad de fuentes, manantiales y aljibes
naturales de que disponemos. Nuestros ancestros no vacilaban a
la hora de buscar topónimos. Así tenemos la Sierra de la Aljibe, calle Los
Pozos, Pozos Arriba, En medio y Abajo, Correderas de la Salud, etc. Tanto el cerro
de La Coracha, donde se sitúa nuestro pueblo, como los montes colindantes son
ricos en agua, pudiendo encontrar abastecimiento casi todo el año. Hay grandes
emanaciones de agua constante en el cerro de los Regajales, en el monte Larios,
en los Carrascales, Mogea Escobar, Las Correderas, La
Brama, o la Mesa del Esparragal, donde podemos encontrar una fuente con pilas romanas, tal y como la describió Marcos Ramos Romero, y así os podría nombrar infinidad de manantiales, unos más constantes
que otros.
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Fuente Mesa del Esparragal |
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Pila Romana |
Pues bien, nuestros antepasados hacían acopio de esta agua y
nos han dejado numerosos vestigios de ello en nuestro término. Algunos son bien
conocidos, otros no tanto.
Comenzaremos nuestra exposición con lo más obvio,
nuestra fuente romana por excelencia: la Fuente de la Salada. Las fuentes naturales –aquae saliens o profluens- solían ser uno de los recursos de donde brotaba agua de forma constante. Para su mejor
uso, se solían realizar canalizaciones, así como la construcción de estanques
que permitieran almacenar el agua. Estos lugares recibieron el nombre de
ninfeos, pues se consideraban que en ellos habitaban las Ninfas –y en ocasiones
también las Musas, Narciso y otras divinidades relacionadas con el agua-,
teniendo una función ritual al mismo tiempo. En todo caso, era algo usual en
todo el mundo antiguo. En este contexto se construyó nuestra Fuente de la
Salada. Esta majestuosa construcción acuífera fue datada por el Sr. Ramón Corzo
Sánchez, antiguo Director del Museo de Cádiz, entre los siglos I a.C y II de
nuestra era, si bien en otras fuentes se la data del siglo II a.C., como en los
archivos de la Diputación de Cádiz, que la describen como sigue. La estructura
consta de dos depósitos romanos que son al mismo tiempo depósitos, arcos de
triunfo y basamento de un templo dedicado a la divinidad del manantial, ya
desaparecido. Junto a estos depósitos se encuentra una escalera que daría
acceso a la parte superior, donde se encontraba una fuente (nimphaeum) dedicada
a alguna ninfa protectora del lugar, hoy desaparecida. En la actualidad, se
conservan visibles los depósitos romanos de la fuente, donde llega el agua
desde La Coracha durante todo el año, por conducto subterráneo, así como unas
estructuras de la época medieval y moderna, entre ellas un horno de
cerámica. El tipo de construcción denota un alto nivel de civilización y tecnología,
empleándose personal cualificado para el acabado de la obra. Es un lugar que no
valoramos por lo cotidiano que nos resulta, pero es digno de admirar.
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Depósitos Romanos |
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Fuente de la Salada |
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Fuente de la Salada |
Otras fuentes en
nuestra localidad, que son bien conocidas, son las denominadas como Pozo de
"Alto", Pozo de "Enmedio" y Pozo de "Abajo".
Se trata de unas fuentes de origen árabe, símbolo de la arquitectura popular
alcalaína. Se trata de 3 fuentes de agua en las afueras de la localidad de las
que se surtía la población hasta la llegada del agua corriente de los Regajales
en 1877. El pozo de "Abajo" es el más antiguo de
ellos. Éste es de origen árabe. En algunas actas de los años de la década de
1540 ya se menciona el camino de los pozos y la existencia de un “pozo
morisco”. El pozo "Alto" fue construido en 1778 y el de
"Enmedio" en 1842. Todos ellos ha sufrido diversas
remodelaciones, de hecho, el pozo “Alto” está siendo reformando en la fecha
en que os escribo esta entrada.
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Pozo Alto |
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Pozo Enmedio |
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Pozo Abajo |
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Antiguos depósitos en Los Regajales |
Aparte de Los Regajales, hubo otro manantial que surtió de agua a nuestra localidad. Se trata del manantial que se encuentra a pie del cerro Redondo, cerca de Las Correderas. Ese manantial cuenta con un gran caseta en cuyo interior hay una serie de bañeras que recogen el agua que mana de la pared. El agua era canalizada hacia Alcalá de tal forma que por su propio peso llegaba hasta la calle Nuestra Señora de los Santos. Cuando el manantial dejó de usarse para abastecer al pueblo, salió a subasta y pasó a manos privadas, concretamente al propietario de las Casas Huertos del Frio, hasta que con el cambio de legislación las aguas pasaron a ser de la administración quien hace concesiones de uso.
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Bañeras |
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Bañera |
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Arcos de emanación |
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Arco de emanación |
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Bañeras |
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Caseta |
En el núcleo urbano de nuestra localidad, entre las
calles San Juan de Ribera y Alonso el Sabio se sitúa el castellum aquae de la
antigua ciudad romana. Este yacimiento está compuesto por cuatro depósitos,
tres de ellos muy similares y un cuarto diferente en aspecto y medida. La
función de este último, tipo bagnarola, era la de realizar una primera
decantación del agua proveniente del manantial. Una vez que el agua era
decantada, rebosaba hasta otro depósito a través de un sistema de canalización.
Desde los tres depósitos se abastecería respectivamente a las fuentes públicas,
edificios públicos y a particulares que contratasen el servicio.
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Depósito |
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Depósito a bagnarola |
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Depósito a bagnarola |
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Depósitos 1, 2 y 3 |
Un gran asentamiento se encontraba en Las
Correderas, lugar con abundante roca calcárea y privilegiado en cuanto a manantiales se refiere. De hecho,
hoy día es una de nuestras fuentes de abastecimiento de agua para el consumo
humano. Es un paraje al que se le adjudicó la denominación de Las Correderas de la Salud, debido a que se pensaba que el agua era beneficiosa. El destacamento del General Riego fue puesto en cuarentena en el monte de Las Correderas porque padecían una grave enfermedad. Al parecer, el destacamento sanó y es por ello que se le adjudicó el sobrenombre de "La Salud". La abundancia de agua era bien conocida por los pobladores de antaño en la
zona que nos ocupa, y con la finalidad de aprovechar con eficiencia un bien tan
valioso como es el agua, construyeron imponentes estructuras para almacenar el
agua de los diversos manantiales habidos en tan bello paraje. A veces, construían
estanques junto a las fuentes que se podían convertir en auténticos embalses
que almacenaban el agua de forma masiva, en especial cuando la fuente solo
suministraba de forma estacional. El ejemplo más paradigmático de estos
estanques es un aljibe monumental y precioso. Su datación es incierta, si bien,
su antigüedad es manifiesta. Hay quien piensa que su origen es árabe, otros la califican como romana. Sea como fuere, la alberca es antiquísima. Se encontraba
semienterrada y tal es su antigüedad que en uno de sus extremos se había
formado una gran roca por la solidificación de la cal del agua que ha seguido
entrando en ella a partir del manantial. La construcción en sí es sencilla pero
espléndida. La alberca es de forma cuadrada, construida en piedra con anchos
muros sobre los cuales se puede pasear con suma facilidad. Consta de una
escalera frontal realizada con bloques de piedra creando un acceso a la parte
superior de los muros con una elegancia inusitada. El agua accede a ella
proveniente de un manantial a través de un canal de cerámica. El desagüe,
también cerámico, se sitúa en la parte frontal de la alberca discurriendo bajo
las escaleras y asomando al exterior por la parte inferior de las mismas. La
canalización distribuye el agua a una hermosa huerta. El fondo de la alberca lo
constituye una solería de piedra cuadrada (aprox. 30x30 cm.) meticulosamente unida
pieza a pieza para evitar la filtración del agua. Dispone de escalones de acceso al interior de la bañera de la alberca consistentes en piedras empotradas y sobresalientes de la pared. Como colofón, el estanque
está rodeado por un cañaveral que aviva la belleza del “monumento”.
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Alberca |
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Escalera de acceso |
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Suelo de la Alberca |
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Desagüe cerámico |
Sin abandonar la zona de Las Correderas, en una villa romana destruida se puede vislumbrar semienterrada lo que parece ser una alberca o cisterna que ha sido seccionada de forma transversal debido a una excavación, aunque podría tratarse de una pileta de almacenaje u opus signinum.
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Posible alberca o baño |
No es esta la única alberca de estas
características en nuestro término. En una villa situada junto a la calzada que
discurre dirección a Ubrique podemos encontrar otra alberca, de
datación incierta pero antigüedad relativa. En este caso no se trata de una
alberca tan elegante, pero ha mantenido su funcionamiento hasta tiempos
recientes. Su recinto de almacenaje es más pequeño y sus muros más estrechos,
pero su mayor atractivo es que toma el agua de unos depósitos de piedra junto a la villa romana desde los que sale una canalización realizada también en
piedra que transporta el agua hasta zonas alejadas y que, de no ser por su
sustitución por tuberías de polietileno debido a las filtraciones que sufría
tan antigua canalización, seguiría en funcionamiento. Alrededor de la alberca
podemos encontrar un bonito camino empedrado con grandes losas que facilitan el
acceso al embalse. Actualmente no está en funcionamiento. Quisiera añadir que el uso del agua en esta villa no acaba aquí. En el otro extremo de la misma podemos encontrar
una arqueta-depósito fabricado en piedra de origen romano según me refieren,
sin poder constatarlo. La arqueta en sí es pequeña, de unos dos metros
cuadrados, con profundidad desconocida. Está construida en piedra con una losa
a modo de tapa. Un detalle llamativo, es que esa arqueta
almacena el agua de un manantial, pero el manantial se encuentra en el cauce de
un arroyo. O sea, durante el invierno, cuando el arroyo está corriendo se
encuentra bajo el agua, sin embargo, cuando el arroyo está seco, el manantial
emana y almacena agua.
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Alberca |
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Camino empedrado |
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Suelo empedrado |
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Arqueta de piedra semienterrada por la riada |
Otro tipo de construcción para el almacenamiento de
agua es el aljibe. Su etimología es de origen árabe (fosa), sin embargo era una
forma de acopio de agua bastante conocida por el pueblo romano. En
nuestro término contamos con varios ejemplos de estos aljibes romanos. Así, el
que a mi parecer es más bonito se encuentra cerca de la cañada Marchantiega en
una finca privada. Su estado de conservación es muy bueno. Puedes pasear junto
al aljibe y ni siquiera verlo. Se sitúa sobre un cerro con una pequeña abertura
semienterrada debido al transcurso del tiempo, pero por la que aún se puede
acceder al interior. Una vez que te asomas a la misma te percatas de que bajo
tus pies había toda una sala de almacenaje de agua. La construcción es
totalmente a base de bloques de piedra con un acabado con alto nivel de
perfección. La construcción es fuerte, de ahí que haya soportado el paso del
tiempo y el peso que sostiene. En periodo estival se suele secar, pero
sigue almacenando agua en las estaciones húmedas.
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Entrada a aljibe |
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Interior del Aljibe |
Contamos con un ejemplo más de aljibe romano el cual podíamos encontrarlo también cerca de la misma cañada antes mencionada,
por su paso cercano a la vecina población de Benalup, en la zona de Piedra
Hincada, en los alrededores de Isla Verde. El aljibe pertenecía a lo que probablemente era una mansio romana
(lugar donde pasar la noche durante un viaje) que se situaba junto a la calzada
que nos unía con Baelo Claudia. En este caso, el aljibe está totalmente
destruido y desaparecido conservándose solo el brocal de entrada.
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Brocal de aljibe |
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Brocal de aljibe |
Existe otro tipo de aljibe entre nuestros
yacimientos. En un oppidum turdetano podemos encontrar dos preciosos aljibes
excavados en la piedra. El asentamiento se construyó sobre un accidente rocoso
de gran majestuosidad. En el punto más alto del conjunto rocoso se hayan
excavados los dos aljibes, ambos de forma rectangular. El más grande mide 2,60
m de ancho por 1,80 m de largo y con una profundidad de tres metros, sus
paredes son cónicas. El segundo aljibe mide 3 metros de ancho por 1,70 m de
largo. Está parcialmente lleno de tierra y piedras. Ambos están equipados con
sendos trazados de huecos para poder acceder a ellos. Solo contemplando la obra
te puedes hacer una ligera idea del esfuerzo empleado para tan ambiciosa
empresa.
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Aljibe 1 |
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Aljibe 2 |
En una villa romana
situada al oeste de nuestro término podemos encontrar lo que parece ser un
aljibe un tanto peculiar o, por lo que yo me decantaría, un balneum. Parece ser
como una especie de terma, que en las antiguas villas romanas se denominaban Balmes o balneum y
si eran públicos thermae o therma. En este caso se trata de un
recinto con una bañera cuadrada de unos metros por cada lado y unas escaleras de
acceso al mismo. La profundidad es indeterminada ya que se encuentra
parcialmente enterrado. Los baños, tanto públicos como privados, han estado
presentes en muchas de las civilizaciones a lo largo de la historia. Son
numerosas las prácticas, religiosas y sociales, que desde la antigüedad se han
venido teniendo como acto principal el baño, asociado este a la limpieza, tanto
del cuerpo como del alma o espíritu, a la purificación. En la civilización
romana la institución de los baños, las termas, era fundamental en los
servicios que los ciudadanos debían tener. Fueron lugares ideales para la
conversación relajada, el recreo y la relación social, con todo lo que ello
significaba. Se cuidaba el ambiente con una delicada decoración en donde no se
escatimaban medios, llenando las estancias de maravillosos frescos, mosaicos y
estatuas.
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Posible Balneum o Pileta |
Otro sistema de recogida de agua de origen romano es el que recogía el agua de la lluvia.
Parece más lógico recoger el agua de lagos o ríos, pero los romanos no la
tenían en buena consideración, y así nos lo narra Frontino en su obra "De Aquis
Urbis Romae". Antes de que se realizaran grandes obras de infraestructura
hídrica, uno de los procedimientos para el aprovisionamiento del agua fue la
creación de depósitos, en donde se guardaba el agua procedente de la lluvia –la
cual se consideraba que poseía propiedades mucho más salubres-. Así, hacia el
siglo VI a.C., las casas romanas estaban dotadas de cisternas que recogían el
agua del tejado. Hacia el siglo III a.C., para mejorar la recogida de esta
agua, se comenzaron a construir en el atriumde los domus, una abertura cuadrangular en el tejado, llamada compluvium, por donde caía el agua procedente de los distintos. El agua, de esta manera, caía al interior de este patio, siendo recogida en un estanque, normalmente realizado en piedra o mármol, llamado impluvium. En este lugar, el agua reposaba para que las impurezas arrastradas a lo largo del tejado se depositaran en el fondo. Posteriormente, por un orificio en una posición más alta que el fondo, el agua caía a una cisterna subterránea bajo el atrium. Allí, era almacenada para su posterior uso. Pues bien, en una
villa romana al sureste de nuestra localidad podemos encontrar los vestigios de
lo que presumiblemente fue un ejemplo de este sistema. Aún se puede observar la tapa de piedra con el
orificio soldado en plomo para que el agua accediera a la cisterna subterránea.
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Entrada a cisterna |
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Entrada a cisterna |
Una forma de obtener agua bastante recurrente a lo largo de la historia ha sido la creación de pozos. Los podemos encontrar por todos lados, algunos más añejos que otros, algunos aún funcionales, otros no. Uno de los más antiguos que he podido observar se encuentra cerca del río Rocinejo. Su antigüedad es tal que está totalmente cubierto de tierra, y tiene un árbol en superficie, por lo que es reconocible gracias al brocal. Está construido con piedras y su forma no se circular, sino ovalado. Cuenta con los restos de lo que parece ser un pilar adosado. Su datación es incierta debido a la falta de estudio del enclave y a que los restos cerámicos de la zona son muy pequeños.
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Brocal |
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Brocal |
Posiblemente, uno de las formas de acopiar agua más sencillos y usados a lo largo de la historia hasta nuestros tiempos ha sido la pila. Así el típico recipiente rectangular, cuadrado, circular o incluso en formas no tan convencionales ha sido una constante en todos los pueblos. Su construcción es relativamente fácil y es de gran utilidad, de ahí que haya tenido usos domésticos, religiosos, ganaderos, etc. En nuestra localidad han aparecido diversas pilas de este tipo datadas en épocas diversas. Un ejemplo muy curioso es la pila tallada directamente en la piedra de Peña Batida.
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Pila Peña Batida |
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Pila con Epigrafía |
El agua también se ha usado como tratamiento
medicinal, y su mayor exponente en este sentido ha sido la creación de
balnearios, teniendo su momento álgido en el siglo XIX. Por todos son conocidos
los Baños de Gigonza, pero no fueron los únicos balnearios con aguas sulfurosas
de la zona. En Paterna de
Ribera se dió en abundancia la creación de balnearios. Un ejemplo de ello es Fuente Santa. Esa fuente fue usada desde la prehistoria,
habiendo signos de su uso desde el Neolítico. También hay restos de una villa
romana en los alrededores. En la zona aún se pueden observar antiguas albercas
y canalizaciones de agua que irían a lo que sería la antigua villa y/o al
posterior balneario. Actualmente, el balneario se encuentra totalmente derruido. Pero la moda
decimonónica de los balnearios nos llegó a lugares más cercanos, y así, en el Prado, en la
actual nave de Colón disponíamos del Balneario “La Hedionda”, el cual estuvo
funcionando hasta hace relativamente poco tiempo, de tal manera que en la primera mitad del siglo pasado seguía prestando servicios. Exclusivamente sobre
este balneario escribiré una entrada en los próximos días, puesto que dispongo
de documentación valiosa al respecto.
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Baños de Gigonza |
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Fuente Las Presillas |
Como curiosidad también en las zonas limítrofes del
norte de nuestra localidad, unos metros dentro del término de Jerez de la
Frontera podemos encontrar la Cueva de las Palomas, la cual nos es bien
conocida. Esta caverna fue refugio del hombre prehistórico, y contiene en su
interior unos pozos de épocas posteriores, claro está. Es llamativo que se cree un pozo en el interior de una cueva,
pero hay que tener en cuenta que dicha cueva, a pesar de ser de enormes
dimensiones, está bajo el nivel del suelo. Además su superficie inferior no es
pedregosa, sino de tierra y por sus paredes descienden grandes cantidades de
agua por las filtraciones, de tal manera que en las épocas húmedas la cueva se
convierte en un estanque. Así, una manera de aprovechar esta agua sería la
construcción de pozos en la parte central y más profunda de la cueva.
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Cueva de las Palomas |
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Pozo 1 |
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Pozo 2 |
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Restos cerámicos |
BIBLIOGRAFIA:
-Frontino, Sexto Julio: "De Aquis Urbis Romae". Eucharius Silber. 1483-90-
-Historico Digital: "Aqua: el Abastecimiento de Agua en las Ciudades Romanas"
[ver aquí]
-Toscano Gracia, E.: "Alcalá de los Gazules en la Antigüedad", Apuntes Históricos y de nuestro Patrimonio, Alcalá de los Gazules 2017.
-Spahni Jean-Christian, Hours M.: "Sépultures Anthropoïdes et Haut Lieux de la Province de Cadix (Spagne)". Bulletin de la Societé Préhistorique de France, 1961.
-Montañez Caballero, M. y Montañez Caballero, S.: "Actuación Arqueológica de Urgencia c/ San Juan Ribera y Alfonso el Sabio", Anuario Arqueológico de Andalucía.
[ver aquí]