Por todos nuestros campos
podemos encontrar diversas formas de enterramiento. Ya lo dijo un trabajador de
la tierra cuando afirmó que “Alcalá es un cementerio gigante”. Y no iba muy
desencaminado. Por nuestra localidad han pasado diversos pueblos y se han
librado numerosas batallas, por lo que es habitual la aparición de necrópolis,
tumbas, fosas, etc. Solo tenemos que analizar los distintos topónimos de la zona y nos daremos cuenta de este fenómeno. Así, podemos encontrar la Loma del Muerto, Sierra Momia, Vega del Muerto, el Hoyo de los Muertos, Cerro de las Sepulturas o numerosos "Cerros del Moro". Nuestros ancestros eran bastante claros y concisos a la hora de denominar los diferentes accidentes geográficos. En esta entrada obviaremos las necrópolis con tumbas
antropomorfas, de las cuales ya nos ocupamos en esta otra publicación:
Tumbas antropomorfas, para centrarnos
en otros tipos de enterramientos ancestrales.
Antes de avanzar con la
exposición local nos situaremos en contexto. El pueblo romano, tal y como
aconteció en otros ámbitos, nos legó sus formas de enterramientos y de ahí la
importancia de que os exponga la evolución de la práctica funeraria en Roma. La
muerte era algo muy importante en la sociedad romana. Del romano más humilde al
más rico, todos trataban con respeto a sus muertos. Debido a la
Ley de las
XII Tablas los romanos tenían prohibido enterrar a sus muertos
dentro de la ciudad. Una medida higiénica muy importante que hizo que éstos se
enterraran en las necrópolis, situadas a los lados de las carreteras y los
caminos y en las zonas habilitadas para ello a las afueras de las ciudades.
Antes del entierro, en casa del finado se lavaba el cadáver y se ungía
con sustancias aromáticas. Una vez limpio, el difunto se exponía en
el atrio de la domus cubierto de ramos y coronas de flores.
Empezaba entonces el velatorio, que reunía a amigos y parientes. En él se
llevaba a cabo una acción curiosa, la conclamatio, que consistía
en llamar al difunto tres veces para asegurarse que realmente estaba
muerto. El conocido detalle de poner una moneda en la boca o en cada ojo para pagar a
Caronte,
el barquero del Hades, solía ser propio de gente pudiente.
La noche
después del velatorio se marchaba en procesión desde el domicilio del
finado hasta la necrópolis y una vez en la tumba se hacían ceremonias. Cuando
terminaban los rituales y las celebraciones, los familiares llevaban
el duelo. Había dos tipos de entierro: la incineración y
la inhumación. La primera era el ritual romano más extendido, mientras que
la inhumación era más propia de otros pueblos. El eclecticismo romano hizo que
algunos adoptaran la inhumación como forma de entierro sin que entrara en
contradicción con la religión romana. El cristianismo adoptó esa forma
de entierro y la expandió por el Imperio cuando fue religión oficial,
llegándose a prohibir la incineración. La inhumación era el entierro con el
cuerpo sin alterar, que se depositaba en un agujero en el suelo y se cubría.
Los romanos disponían de un gran “catálogo” de tumbas. Escoger un tipo u otro
dependía de la importancia y riqueza del finado. Podemos
encontrar:
-La tumba en
caja, consistente en elementos constructivos llamados tégulas puestos
en vertical formando la caja, y otras tégulas haciendo las veces de
cubierta, puestas en horizontal.
-La tumba a
doble vertiente, con tégulas como base y como cubierta, apoyadas las
de un lado en las de otro. En las juntas había ímbrex (tejas) que
sellaban los espacios. Vistas de frente tienen forma de triángulo.
-Cajas hechas
de obra, con piedras formando los cuatro lados de la tumba, de la cual nos
ocuparemos debido a lo numeroso de éstas en nuestra localidad.
-Cajas de madera cerradas con
clavos, parecidas a los ataúdes actuales pero más simples. Debido a la
dificultad de conservación de la madera en la mayoría de tierras, de dichas
cajas solo se han conservado los clavos que las cerraban.
-Ánforas, que
se utilizaban en los entierros infantiles.
-Sarcófagos de
piedra o plomo.
Para
identificar las tumbas, aquellos que podían costearlo instalaban lápidas, estelas y estatuas
funerarias. Era
tradicional enterrar al muerto con algunas de sus pertenencias. El ajuar
funerario estaba compuesto por elementos que describían la vida del
muerto: sus herramientas o sus armas. También lo acompañaban al más allá
ofrendas, ungüentarios, vasos con alimentos o estatuillas de divinidades
protectoras.
De los enterramientos en caja de
obra, es decir, en cistas, tenemos numerosos ejemplos en nuestra localidad
aunque sea algo ajeno al conocimiento de la gente. Las cistas son tumbas hechas
de obra usando piedras formando los cuatro lados y losas de piedra a modo de
tapa.
En los alrededores del embalse del Barbate han sido halladas diversas necrópolis. Quizás la necrópolis más popular
por la transcendencia periodística ha sido la necrópolis de Monte Bajo. Este
yacimiento se encuentra a orillas del pantano del Barbate y presenta varias
estructuras funerarias con diferente tipo de construcción lo que sugiere un uso
dilatado en el tiempo entre los milenios IV y II a.C. Ese uso dilatado abarcó desde
fines del Neolítico hasta los comienzos de la Edad del Bronce, con un máximo
desarrollo durante la Edad del Cobre. Se pueden encontrar sepulturas
individuales y colectivas. Se encontró un amplio ajuar que se puede apreciar
expuesto en el museo de Cádiz. Entre los objetos podemos resaltar diversos
cuchillos de sílex, distintas cerámicas, ornamentos, etc. Una amplia
descripción del yacimiento se realiza en la web oficial del Instituto Andaluz
de Patrimonio Histórico:
Necrópolis Monte Bajo, Web Instituto Andaluz Patrimonio Historico
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Dólmen |
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Estado actual de Necrópolis Monte Bajo |
No muy lejos del anterior yacimiento, en la
Loma del Judío, podemos encontrar otras dos necrópolis separadas por unos 50
metros entre sí aunque de épocas distintas. Ambas estarán en estos momentos bajo el agua del pantano. La primera de ellas es una
necrópolis prehistórica del Neolítico en la que se pueden observar diversas
tumbas y una cantidad ingente de cerámicas. Aún pueden encontrarse los restos
de los dólmenes que se construyeron. Esta necrópolis fue excavada pero quedó en
el olvido.
De forma contigua a la anterior
necrópolis se halla otro yacimiento de origen romano, tardorromano y visigodo. Aún podemos observar
las numerosas cistas con los restos óseos en su interior además de un variado
ajuar con cerámicas y todo tipo de objetos. Esta necrópolis también fue
excavada y se expusieron diversos objetos en el museo. Las
sepulturas, como ya indiqué, están constituidas con piedras que hacen de caja y
tapas del mismo material, aunque resulta curioso que para la realización de
algunas de las paredes de la caja se han reutilizado tégulas romanas.
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Restos óseos |
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Cista |
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Cista |
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Túmulo |
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Cista |
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Resto de ánfora |
A unos pocos cientos de metros de las anteriores, cerca de Rocinejo, se halla otra necrópolis totalmente expoliada. Esta, al igual que muchas otras, está sin datar por no estar excavadas.
Una necrópolis similar se encuentra a
corta-media distancia de la anterior mencionada, en la orilla del embalse del Barbate. Su datación podría ser anterior, ya que las cerámicas encontradas son de estilo púnico. No obstante, a falta de excavación la datación no se puede determinar con exactitud debido a que este tipo de enterramiento fue muy recurrente por los distintos pueblos. Se pueden apreciar las cistas y cerámicas del
ajuar funerario, algunas en bastante buen estado.
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Cerámicas semi enterradas |
Sin abandonar los límites del embalse del Barbate nos encontramos con una necrópolis en los Poyales. Es un yacimiento que fue prospectado por la arqueóloga María Lazarich. En el mismo podemos encontrar restos de época campaniforme y romana.
Si continuamos por la playa del embalse, en la zona de Algareño, nos topamos con otra necrópolis y diversos restos de épocas prehistórica y romana. El embalse ha dejado al descubierto algunas tumbas y restos óseos.
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Tumba destruida por el pantano |
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Tumba con restos óseos |
Seguimos avanzado por el embalse hasta la zona de Briones, donde se halló un asentamiento de épocas prehistórica y romana con necrópolis.
Sin abandonar el embalse del Barbate, próximo al mismo, nos encontramos con una figura de enterramiento poco habitual en nuestra zona como es una estela menhir. A diferencia del típico menhir, éste no es alargado, sino que tiene forma ovalada donde destacan varios petroglifos de gran belleza.
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Estela Menhir |
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Petroglifo |
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Inscripción |
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Inscripción |
A escasos metros del anterior enclave podemos encontrar una necrópolis tipo cistas totalmente destruido por la acción del agua del pantano. No obstante, pueden observarse numeroso material cerámico y restos de tumbas.
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Tapa de tumba |
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Restos óseos |
Otra necrópolis de análogas
características podemos encontrarla en el Cerro de Las Arenas. Este yacimiento ha sido
algo más difundido debido a los artículos periodísticos que narraban como un
vecino de Alcalá de los Gazules realizaba el hallazgo. Se trata de otra
necrópolis con sepulturas en cistas sobre una loma. La estructura de la misma
es bastante atractiva. Consiste en lo que parece ser una calle empedrada en cuyos lados podemos
vislumbrar sendas filas paralelas de tumbas. Estás tumbas conservaban los
restos óseos y en su interior aparecieron pequeños ajuares de piedra. La
datación la desconozco, y aunque apuntan a ser tardorromanas o visigodas, la realidad es que podrían tratarse de tumbas de cualquier periodo, ya que es una forma de enterramiento muy recurrente a lo largo de la historia.
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Estado actual de la Necrópolis |
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Noticia en el diario sobre el hallazgo |
No muy lejos de este hallazgo se ubica sobre una colina aledaña otra necrópolis con tumbas. En este enclave es posible datar las formas funerarias en periodo tardorromano debido a la existencia de restos cerámicos y tégulas para crear la caja de enterramiento.
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Loma con necrópolis |
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Tumba abierta |
A corta distancia de este último yacimiento, sin abandonar la cañada Maina, podemos encontrar otra necrópolis muy singular. En ella se entremezclan
tumbas antropomorfas con cistas, lo cual es poco habitual. Posiblemente su
coincidencia geográfica sea tan solo eso, una coincidencia, si bien, algunos estudiosos datan las tunmbas antropomorfas en época visigoda, en cuyo caso podrían ser coetáneas. A escasos metros del lugar, un señor, ya fallecido, que habitaba en la cañada, cuando se disponía a enterrar a un caballo, encontró restos óseos con pelo rubio, por lo que los consideraron posiblemente visigodos. En la entrada a la
necrópolis podemos encontrar, según me refieren, una estela funeraria, aunque a mí me parece un mojón de linde. El recinto funerario está
acotado por muros de piedra. Estas tumbas conservan los restos óseos y tampoco
ha sido excavada. Se encuentra en finca privada, por lo que no puede ser visitada, salvo permiso expreso del propietario del terreno. En la misma parcela hay otros dos puntos con tumbas similares. El primero de ellos cuenta con dos tumbas aún sin abrir en una loma. El segundo constaba con numerosas tumbas que han sido cubiertas por la construcción de una nave.
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Restos de muros de piedra |
Sin abandonar la zona, a escasos 100 metros de la necrópolis anterior se encuentra otro grupo de tumbas tipo cista. Antaño encontraron varias tumbas con restos óseos y, sorprendentemente, capilares. Unos años más tarde, el nuevo propietario de la parcela encontró tres tumbas más con restos óseos muy cerca de su vivienda.
No muy lejos, a poco más de un kilómetro, junto a la Pasada de Juan Ramón, hay otra necrópolis con tumbas similares a las anteriores. Éstas fueron expoliadas en los años 50, tal y como me narró un lugareño. Aún se conservan las cajas de piedra en relativas buenas condiciones. En algunas se observan restos óseos.
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Tumba |
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Tumba con restos óseos |
Otra necrópolis se encuentra en el Cerro de los Pájaros, junto a la antigua cantera. Sobre estas tumbas no puedo facilitar mucha información, ya que se encuentran en muy mal estado, como acontece con algunas de las que menciono. Por otra parte, tuve conocimiento de las mismas a través de un estudio realizado por la UCA, pero en la que se me facilitó pocos detalles aparte de la ubicación del yacimiento.
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Cerro de los Pájaros |
Frente a este yacimiento, junto a un arroyo junto a La Joya, encontramos los restos de otra necrópolis tipo cistas.
Entre los muchos hallazgos funerarios habidos en nuestra localidad, uno de los más interesantes, a mi parecer, fue el acontecido en Fuente Pilas, cerca de la Mesa del Esparragal, donde se encontró una preciosa forma de enterramiento. En concreto se hallaron un sarcófago tallado en piedra con lo que parecía ser la cubierta del mismo material y una lápida romana con la inscripción deshecha. Esta pieza se encuentra actualmente en la Casa del Cabildo.
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Sarcófago |
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Lápida Romana |
En la zona del Prado se halla
otra necrópolis con el tipo de enterramiento que nos ocupa principalmente, tipo cista. Solo se conservan
las cajas de piedra, ya que las tapas han sido usadas por los vecinos de la
zona para otros menesteres. La datación tampoco está determinada puesto que es
un yacimiento no excavado y desconocido.
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Una de las múltiples tumbas en mal estado |
También en las afueras de nuestro núcleo urbano (al menos hace unos años se podría considerar extrarradio), más concretamente en la bajada de El Ejido se encontraba lo que parecía ser una necrópolis. Durante las obras de las actuales viviendas que se ubican en la zona apareció una piedra inscrita además de diversos vestigios funerarios. Esta supuesta necrópolis actualmente se encuentra bajo la urbanización construida a la derecha de la calle. No tengo constancia de que fuera excavada.
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Calle El Ejido |
Uno de los hallazgos más sonados
en nuestra localidad fue la Ermita de los Santos Nuevos, de origen visigótico. Sobre el cerro del Caracol donde ésta se encontraba también se situaba la necrópolis medieval con diversas sepulturas
en las que se hallaron restos óseos y un amplio ajuar, además de un
ara funeraria con epigrafía en buen estado de conservación.
Todos estos objetos se encuentran hoy en la Parroquia San Jorge. El
ara, inscrita en latín en el año 662 d.C. por el obispo asidonense Pimenius, nos dice lo siguiente:
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR
AQUI
ESTAN DEPOSITADAS LAS
RELIQUIAS
DE LOS SANTOS SERVANDO
GERMAN
SATURNINO JUSTA
RUFINA
MARTIRES Y JUAN BAUTISTA
EN EL DIA NOVENO
DE LAS CALENDAS DE
JUNIO
DEL AÑO XXXIII DEL
SEÑOR
PIMENIO COMO
PONTIFICE
EN EL AÑO DCC DE LA ERA
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Informe Inscripción sepulcral |
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Lápida |
Como anécdota, quisiera indicar que en los muros del castillo de Alcalá se encontraron embutidos tres lápidas similares con texto en latín, las cuales habían sido reutilizadas. En una de ellas, según Madoz que la transcribe de forma confusa, podía leerse la inscripción: ....KISRNI EIUVIIIIII INPENQS ? A A. La piedra original podría tratarse de una estela funeraria en la que pudiere leerse: [HUIC ORDO / MUN(ICIPII) LAS] KUTANI / SEPULTURAM FUN(ERIS / INPENSAM, STATUAM / [......DECREVIT].
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Descripción de las lápidas en el "Diccionario de Madoz" |
También anecdótica fue la aparición de una piedra con inscripción tallada durante unas obras en la calle Miguel Tizón. Esta inscripción, aparentemente funeraria, se encuentra actualmente en el Beaterio y en ella se puede leer la inscripción: “L. Aemili… Miceni… Ma…”.
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Piedra inscrita en latín |
Volviendo a la Ermita de los Santos nuevos, en cuanto a las sepulturas, para los excavadores quedaba
demostrado que en ellas se encontraban los Santos Mártires. En la primera tumba
estaban los huesos de San Servando y San Germán, en la segunda los de Santa
Justa y Rufina y en la tercera los de San Saturnino, por parecer demasiado
arriesgado pensar que hubiera llegado aquí el cadáver completo de San Juan
Bautista. Sobre este tema hay bastante material escrito y os animo encarecidamente a que lo conozcáis
más en profundidad porque resulta muy interesante, aunque el tema se nos escapa
de la finalidad de esta entrada. No quisiera continuar sin hacer mención a otra inscripción en latín del mismo obispo asidonense dedicada a los mártires encontrada en la antigua ermita de la Higuera, sita en el actual cortijo homónimo, que rezaba así: "
Reliquias de los Santos Juan el Bautista, Eulalia, Justa, Rufina y Félix mártires. Dedicada esta iglesia por el obispo Pimenio en el día octavo de las Kalendas de Junio, era 695".
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Descripción Sepulturas |
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Informe hallazgo |
Otro hallazgo funerario bien
difundido, aunque no todo lo que se debiera, tal y como aconteció con el
anterior, fue la aparición de un sarcófago de plomo en el Cortijo Fraja en
1864.
Sobre
el tablero del fondo se podía observar el polvo de los huesos, aunque los
únicos restos que se hallaron fueron varios dientes. El sarcófago medía un
metro y noventa centímetros de largo y pesaba 92 kilos de peso, pero los
obreros, al intentar sacarlo, lo rompieron. En el interior se encontró una
campanita de bronce. El sarcófago fue trasladado al museo para su exposición. Éste no es un tipo
de enterramiento habitual, dándose en la Baetica y Tarraconensis entre los siglos
II y V, de ahí lo singular del hallazgo. Del mismo, también se han escrito
diversos artículos, e incluso podemos leer sobre el hallazgo en unos diarios de la época.
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Minuta de oficio de informe hallazgo |
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Campanita encontrada en sarcófago |
No muy lejos de este hallazgo, que muy probablemente no se dio en el punto exacto
donde todos piensan, (si bien lo fue muy cerca) debido al topónimo y por no tener
en cuenta las dimensiones del Cortijo Fraja antaño, existe otra necrópolis. La
datación es indeterminada puesto que no está excavada, pero en la misma se
pueden encontrar restos cerámicos en miniatura entre la vegetación, siendo una
tipología de cerámica funeraria típica visigoda.
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Cerámica en miniatura |
Si seguimos hacia el oeste tomando como referencia la anterior necrópolis, cerca de Magaña, podemos encontrar otro
yacimiento funerario con cistas. Éste se encuentra totalmente destruido y expoliado, aunque es posible que se conserve alguna tumba entre la vegetación. Se observan los vestigios de algunas cajas de piedra y alguna losa-tapadera suelta. Me cuentan los lugareños que en su interior aparecían restos óseos y
cerámicas en miniatura además de telas de araña. Un vecino de Alcalá que
trabajó en la zona durante su infancia como cabrero me confirma dicha versión,
ya que me narró como levantaba las tapas para observar el contenido pero que no
había nada más que huesos y cerámicas, por lo que las volvía a cerrar.
No muy lejos del anterior yacimiento, adentrándonos a través del mismo carril de acceso, en el Bujo, podemos encontrar otra necrópolis con características similares a la anterior. Me cuenta un lugareño que hace unas décadas un señor, al limpiar la tierra para colocar un cepo de caza para conejos, se percató de que había una piedra y la parte inferior parecía hueca, así que la levantó y resultó ser la tapa de una tumba. Debido a ello, la gente de la zona levantó las piedras del lugar encontrando múltiples tumbas que contenían en su interior restos óseos completos y, palabras textuales, jarritas junto a la cabeza, lo cual nos da una idea de la datación de las mismas. Actualmente, la necrópolis se encuentra casi desaparecida. Apenas se vislumbran algunas tapas a base de losa de piedra que son discordes con la geología del lugar, y algunos restos cerámicos, aparentemente tardorromanos o visigodos.
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Cerro donde se ubican las sepulturas |
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Losas de piedra |
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Restos cerámicos |
Hay otra necrópolis similar muy derruida en la cañada que separa las fincas de La Gloria y Rancho Coimbra, habiendo restos en ambas partes privadas incluso.
En una finca aledaña se encuentra otra necrópolis de características muy singulares, sin que se haya visto nada parecido por la zona. Están construidas a base de rocas calizas apiladas en forma de montículo o túmulo y formando una caja rectangular perfecta en el centro. Sobre ellas se colocaron losas de piedra a modo de tapa, aunque éstas han sido levantadas. Estas tumbas son erróneamente denominadas por los lugareños como "las tumbas de las monjas" creyendo que en ella se enterraron las monjas de un convento que piensan que hubo en la zona, pero aunque lo cierto es que esas tierras pertenecen a la Iglesia, no hubo convento en sí. Además, las tumbas son de tamaño reducido, aproximadamente 1,20 metros, por tanto no parece que sean tumbas para adultos. La datación es incierta y no me determinaría por ningún periodo. Además, la configuración de las tumbas no ayuda a ello. Tampoco lo hace el contexto, ya que aunque es zona de necrópolis tardorromanas, en los alrededores hay restos de herramientas prehistóricas de sílex, si bien no creo que tengan relación.
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Tumba |
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Tumba |
Un poco más al norte, en los alrededores de Fuente Santa se encuentra una necrópolis romana. Fue excavada y estudiada, pero actualmente solo se conservan algunas piedras y losas de dicho material que sirvieron de tapa, además de restos de muros posteriores como los de las imágenes.
En la carretera hacia el Puerto Galis podemos encontrar los restos de una villa romana, y en ella apareció una tumba tipo cista de dicha época durante las obras de construcción de una nave.
Hasta fechas recientes se pensaba que en nuestro término no existían dólmenes, un tipo de enterramiento prehistórico que se dió sobre todo en el Neolítico final y Calcolítico. Hace unos años se halló el dólmen de la mencionada
ad supra necrópolis de Montebajo y más recientemente, en 2019, hallamos un dólmen de mayores dimensiones en los montes de Jota. Los ortostatos y la cubierta son claramente ajenos entre ellos, es decir, que no pertenecen al mismo bloque de piedra, lo que denota que han sido colocados por el hombre. En la zona aparecieron utensilios y restos de sílex, además, a relativa corta distancia hay constatada actividad prehistórica a través de pinturas rupestres. Por el contexto se podría afirmar que nos encontramos ante un enterramiento prehistórico, un dólmen.
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Dólmen |
Señalaros que constan otras necrópolis excavadas durante la misma década en el Rancho La Quinta, en el Carrizoso, y otros lugares. Pero no os puedo mostrar imágenes de las mismas porque, en la actualidad, no queda absolutamente nada.
Otra curiosa necrópolis es la que se halla en el Olivar de los Frailes. Las tumbas están creadas casi por completo con tégulas. Están muy destruidas por la acción antropológica y ganadera.
Finalmente, más como apunte anecdótico que arqueológico, quisiera exponer los testimonios de personas que me narran, como si de una parte del argumento de la película Polstergeist se tratara, que en el transcurso de las obras de construcción de la piscina municipal aparecían restos óseos. Eran otros tiempos, y cualquier obrero los apartaría y "¡Al tajo!" Podrían ser restos de necrópolis ancestrales o tratarse de enterramientos más recientes. Eso nunca lo sabremos. Lo mismo aconteció en diversas obras en San Antonio y en a Huerta de la Salada. También en las calles Miguel Tizón, Alonso X el Sabio, y todos esos callejones cercanos a la antigua cárcel: Atahona, Revuelta, San Pedro, Levante y Galán Caballero, donde han aparecido numerosos restos óseos tanto en la calle como dentro de domicilios.
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Restos óseos en calle Alonso X el Sabio |
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El Prado antes de la construcción de la Piscina Municipal |
Y hasta aquí nuestro pequeño
catálogo de necrópolis extraurbanas en nuestro término. No revelo la ubicación exacta de algunas de ellas porque están totalmente desprotegidas (hayan sido excavadas o no) y cualquiera podría ir y hacerse con los restos cerámicos, óseos o piedras. En otros casos, lo oculto debido a que son fincas privadas y no quisiera faltar a la confianza depositada por los titulares de las mismas. Las que revelo son las que han sido publicadas ampliamente o se encuentran en espacio público, si bien, la mayoría de ellas se encuentran desmanteladas o bajo las aguas del pantano. De nuevo, al igual que en otras entradas, quisiera reseñar que aparezco en algunas fotografías porque nunca pensé en hacer un blog, por lo que solo capturaba imágenes para disfrute personal, y en algunos casos carezco de la imagen del objeto en solitario.
Si queréis conocer más
sobre otro tipo de enterramientos como lo fueron las tumbas antropomorfas no
dudes en visitar mi entrada al respecto:
Tumbas Antropomorfas
BIBLIOGRAFÍA:
-Madoz, Pascual. "Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar". Madrid. 1846-1850
-R.A.H.: Informe Hallazgo Cerro del Caracol. "Historia y Arqueología de las Civilizaciones".
[ver aquí]
-Romero de Torres, E.: "Epigrafía Romana y Visigótica de Alcalá de los Gazules". Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Alicante. 2007
-R.A.H.: Informe sobre el hallazgo de un sarcófago de plomo en el Cortijo Fraja en Alcalá de los Gazules. "Historia y Arqueología de las Civilizaciones".
[ver aquí]
-Corzo Sánchez, R.: "La Basílica Visigoda de Alcalá de los Gazules". Museo de Cádiz.
-Lazarich González, María: "Memoria Preliminar de la Prospección Arqueológica Superficial de Urgencia del Embalse del Barbate (Alcalá de los Gazules, Cádiz)". Grupo de Investigación HUM-812. Universidad de Cádiz. 2007
-Ramos Romero, Marcos: "Historia de los Pueblos de la Provincia de Cádiz. Alcalá de los Gazules". Diputación de Cádiz. 1983