sábado, 7 de julio de 2018

Baño La Hedionda


    

   Este artículo da comienzo con un hallazgo casual. Un buen día, observando el material a la venta en un anticuario me topé con un documento que se ofertaba como plano de un balneario del siglo XVIII en Alcalá de los Gazules.  Al observarlo con detenimiento me percaté de que no se trataba en absoluto de un balneario, sino que se describía un beaterio. Cosa distinta es que ese edificio albergara un balneario, pero desde luego, en el plano no se representaba. No obstante, me picó la curiosidad sobre la corriente de los balnearios en la zona, ya que si bien es conocida dicha tendencia en Paterna de Rivera, no tendría por qué ser menos en nuestra localidad. En primera instancia comenté a mi pareja lo curioso de que a un documento se le calificara como plano de un balneario en Alcalá, pero más me sorprendería su respuesta: -“Seguramente sea el balneario que poseyó mi tatarabuela. Tengo un documento testamentario donde se incluye en la herencia”. Aunque no se trata del mismo lugar, me constató la existencia de un balneario en Alcalá y, además, ya tenía por donde comenzar mi búsqueda.


  Antes de proseguir, nos situaremos en el contexto histórico. Las aguas sulfurosas tenían consideradas propiedades medicinales, por lo que se creaban balnearios junto a manantiales de esta tipología. Esta agua se determina por contener Sulfuro de Hidrógeno (H2S) en concentraciones superiores a 1 mg/l, es característica de los suelos fangosos: cálcica a nivel superficial y sódica en las profundidades de los depósitos. Por su gran capacidad óxido-reductora sistemática, está indicada en dolencias reumáticas, dermatológicas, ORL, y procesos respiratorios crónicos. Por la zona fueron muy  conocidos los Baños de Gigonza en el término de San José del Valle, o Fuente Santa en Paterna de Rivera. Fueron lugares concurridos y visitados tanto por el pueblo llano como por solemnes personajes. La creación de balnearios tuvo su momento álgido en el siglo XIX, momento en que se hicieron bastante populares y nuestra localidad no fue una excepción.

Baños de Gigonza
Balnearios de Paterna

Baños de Gigonza
Baños de Gigonza

Baños de Gigonza

Baños minerales
Baños de Paterna

    Pues bien, en nuestra localidad existió el Baño “La Hedionda”, denominado así a causa del mal olor que desprenden las aguas sulfurosas. El recinto se situaba en el Prado, a pie de Los Carrascales, justo donde hoy día podemos encontrar la nave de Colón. El balneario tomaba el agua del manantial sulfuroso y contaba con unas pilas donde la gente podía tomar sus baños. Las pilas se encontraban justo debajo del suelo del edificio sito frente a la Piscina Municipal, el cual muestra una imagen de Nuestra Señora de las Angustias en su fachada. En la actualidad, de aquel balneario en sí solo se conservan unos ladrillos entre cañas en el nacimiento del manantial. De hecho, el manantial ha permanecido seco hasta que en el año 2018, debido a las abundantes lluvias,  ha vuelto a brotar. No se sabe si las pilas fueron quitadas o, simplemente, fueron enterradas bajo el piso del inmueble.

Construcción actual donde se ubicaron las pilas
Cañaveral donde brota La Hedionda
Nacimiento de la Hedionda

     ¿Qué sabemos del balneario? Son pocas las personas que vieron el balneario en activo. Mi pareja solo sabía de su existencia por el testamento. Su madre solo intuía que se situó por la zona del Prado. Fue otro miembro de la familia Puelles quien me indicó el punto exacto donde se encontraba, es decir, en la nave de José Colón. Puesto que suelo acudir al lugar, hablé con el actual propietario del terreno y, aunque no había conocido el balneario, sabía de él. José adquirió la finca mediante compra-venta al apodado, por razones evidentes, "el Granadino", quien construyó en el lugar un cebadero de ganado. Por tanto, la familia Puelles se deshizo del balneario con anterioridad. José me mostró el nacimiento y me indicó el lugar exacto donde se ubicaron las pilas. Tenía conocimiento de ellas porque nuestro célebre y ya fallecido vecino Murillo le contó donde iba a tomar sus baños de aguas sulfurosas, accediendo a ellas a través de la vereda El Ejido.

El Prado desde la Coracha
Ubicación de la Hedionda desde la Coracha

    El documento testamentario que mencioné ad supra parece ser un borrador o testamento revocado, escrito en mecanografía. Según éste, la propietaria de la Hedionda era Juana Ramona Puelles Dalmau, quien quiso dar los baños a su nieta Eloísa Fabra Puelles, ya que la madre de ésta e hija de la testadora había fallecido muy joven, concretamente en 1925 a sus 33 años. Eloísa, nacida en 1921, heredó a los 9 años de edad junto a su hermano Juan, es decir, en 1930, pero al ser menor de edad, su padre, Julián Fabra Cala, fue quien se ocupó de la aceptación de la herencia. Sin embargo, Eloísa y Juan nunca llegaron a adquirir La Hedionda, por lo que es posible que en el testamento definitivo hubiera algún cambio. No obstante, Eloísa recordaba un edificio con dependencias donde había baños, tal y como me señaló José Colón.

Testamento
Testamento


     Puesto que a través de los vecinos no se puede obtener más información de primera mano, habría de acudir a la fuentes documentales. ¿Qué hay escrito sobre dicho balneario?  Supongo que en los archivos y Registro de la Propiedad habrá bastante información al respecto, como año de fundación, cierre, historial de propietarios, etc., pero no es una fuente a la que me sea fácil o económico acceder. Sin embargo, contamos con otros documentos escritos que nos pueden facilitar información interesante. Así, Madoz, en su obra “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar”, cuando describe la calidad y circunstancias del terreno de nuestra localidad, nos dice:

“Entre las fuentes, se cuenta una mineral llamada Hedionda, cuyas aguas contienen hidrógeno sulfurado en disolución, y evaporadas, deja un residuo sulfúreo que sobrenada en la superficie y una sustancia vituminosa (bituminosa) e inflamable: sus virtudes son conocidas contra enfermedades cutáneas, principalmente las psóricas y pústulas herpéticas: el manantial es abundante, pero como está abandonado, escasea en el estío, y aun se mezcla por falta de cuidado con otras sustancias heterogéneas, que desvirtúan sus propiedades.”

     De la literalidad y datación del texto podemos deducir que a mediados del siglo XIX el manantial se encontraba en estado de abandono, aunque era patente que se conocían sus propiedades curativas.

Diccionario de Madoz

     Por otra parte, podemos extraer más información, aunque sin relevancia, sobre el manantial en el "Libro de Cañadas y Servicios de Alcalá de los Gazules", donde se describen todas las cañadas de nuestro término. Existen varios volúmenes datados en los años 1752, 1820, y 1903-1920, respectivamente. Pues bien, el documento de principios del siglo XX describe la cañada que se situaba en la actual carretera de Ubrique. El texto reza así:

“Servicio que nace en el Baño de la Hedionda y concluye en la cañada de Monsanto. 30 varas.
Servicio que sale del Mercado de la Feria=En seguida se reconoció el servicio que sale del Mercado de la Feria hasta llegar a la Cañada de Monsanto con el anchor de 30 varas y habiendo principiado en la fuente Hedionda con…”

     Del fragmento podemos extraer que ya se conocía el lugar como “baño”, puesto que ya se le daba uso como balneario al lugar. También se nos acota su ubicación, junto al antiguo mercado de la Feria, es decir, el Prado.


     El balneario también consta en el catálogo de comercios y autoridades de Alcalá de los Gazules de 1932 con alguna errata, ya que dentro de la sección de “Aguas”, en la categoría de “Manantiales” se incluye “La Hedienda Aguas Sulfurosas”. Lo realmente relevante de este documento es que atestigua que el manantial era un comercio en 1932, dos años después de la aceptación hereditaria, por lo que el negocio posiblemente continuó en manos de terceras personas u otro familiar.

Catálogo de Comercios 1932

    Sus propiedades medicinales eran bien conocidas, y de ello nos da fe el inventario de aguas minero-medicinales del Instituto Tecnológico Geominero de España.  Su inclusión denota el uso popular que tuvo el manantial. El inventario califica al manantial como un acuífero de aluvión cuaternario, es decir, que se compone de material transportado y depositado en el período geológico cuaternario, que es el último periodo de la era cenozoica, y se caracteriza por las grandes glaciaciones y la aparición del hombre. El mencionado inventario, además, se hace eco de la actual situación de la fuente, ya que refiere al manantial en desuso y destruido.

Inventario de aguas minero-medicinales

     En la obra Nuestros Pueblos, en la que se describe a todos los municipios de España, cuando nos informa sobre nuestra localidad hace la siguiente mención:

     "Por doquier brotan aguas minerales, antaño muy apreciadas por sus propiedades curativas para las afecciones cutáneas, como las de la Hedionda."

     Antes de finalizar este artículo, no quisiera dejar de mencionar que el manantial que nos ocupa no es el único con aguas sulfurosas que ha tenido usos medicinales en nuestra localidad. Un ejemplo de ello lo tenemos en el manantial sito en los alrededores de la Ermita de los Santos, descubierto en 1854, lo que provocó peregrinaciones al lugar con la finalidad de usar sus aguas medicinales. Los enfermos se hospedaban en la ermita y en el cortijo de Tablada dando lugar, probablemente, al origen del uso de las habitaciones del Santuario. Hace alusión de ello Domingo Sánchez de Arco en su Fondo Documental.

“Este manantial fue denunciado en 1854 y a el acuden gran número de enfermos, los cuales se hospedan en la ermita de Nuestra Señora de los Santos y en el cortijo de Tablada”.



Al mismo manantial cercano a la ermita hace referencia Antonio Martín en su Portafolio Fotográfico de 1915 cuando al describir la zona cita:

 “El terreno es pedregoso; se cosecha trigo, corcho y maderas. Hay importantes minas de jaspe negro y carbón; y una fuente sulfurosa”.


Con esta publicación he querido dar a conocer un poco de la historia de los balnearios de nuestra localidad y hacer que un lugar, ya perdido, como la Hedionda, no quede en el olvido.






BIBLIOGRAFÍA:

-Madoz, Pascual. "Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar". Madrid. 1846-1850

-"Evaluación del Estado Actual de las Aguas Minerales en la Comunidad Autónoma de Andalucía. Convenio Marco de Asistencia Técnica entre el instituto Tecnológico Geominero de España y la Consejería de Economía y Hacienda de la junta de Andalucía. Cuadros Resumen por Provincias del Inventario de Puntos de Agua Minero-medicinales y Bebida Envasada".  Instituto Tecnológico Geominero de España y Junta de Andalucía, Dirección General de Industria, Energía y Minas. 1990-1991

-"Libro de Cañadas y Servicios de Alcalá de los Gazules". Ayto.  Alcalá de los Gazules. 1903-1920


-"Comercios y Autoridades de los Ayuntamientos del Partido Judicial de Medina Sidonia. Alcalá de los Gazules". 1932

-Puelles Dalmau, Juana Ramona. "DocumentoTestamental". 

- Almagro Montes De Oca, Gabriel: “Alcalá de los Gazules en el Fondo documental Sánchez del Arco”. 2001

-Martín, Antonio. "Portfolio Fotográfico de España". Cuaderno Nº125. 1915

-Nuestros Pueblos. Andalucía II. Ediciones Rueda. 2003

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